Un día en el insti me fui con unos pantalones ajustados, me estaban pequeños. Estaba en clase de mate, al lado del chico que me gusta, cuando se le cayó un boli. Me agaché a cogerlo y se me rompieron los pantalones por detrás, pero no me di cuenta. Después, el profesor me sacó a la pizarra para corregir un ejercicio y todos se empezaron a reír, ¡hasta el profe! Yo pasé de ellos y seguí haciendo el ejercicio, hasta que el chico que me gusta me dijo: “¡Oye, te meto una moneda por el pantalón!” Me giré y me di cuenta de que tenía el pantalón roto. Me puse colorada y pensé: “¡Tierra trágame!”
Un día estaba yo en clase riéndome porque mi seño de música había dicho una cosa graciosa. De repente empecé a toser y… ¡me salió un escupitajo sin querer! Toda la clase me miró con cara de asco, incluso el más guapo de la clase (según las chicas). Con mi mano tuve que taparlo para que no lo siguiesen viendo. ¡Qué vergüenza pasé! ¡Glupsss
El otro día vinieron mis primos pequeños a casa. A nosotros nos encanta jugar a las tiendas y lo que hacemos es coger dinero del Monopoli o de otros juegos con monedas falsos, meter las monedas y billetes en una cartera y hacer como que vamos a un supermercado. Después de jugar un rato mi madre me dijo que me llevara a mis primos al kiosco a comprarles chucherías, y me lleve la cartera. Fuimos y compramos tres bolsitas de chucherías, pero cuando le di el dinero al del kiosco me dijo: “Qué graciosilla la niña” !y entonces me di cuenta de que le había pagado con dinero falso!
No hay comentarios:
Publicar un comentario